Podemos distinguir multitud de tipos y variedades de ajo atendiendo a diferentes criterios. Sus beneficiosas propiedades y el sabor que aporta a las comidas hacen de este alimento un gran aliado en la cocina.
Nutricionalmente hablando es un alimento muy completo que contiene vitaminas del grupo A, B y C. Del mismo modo, aporta una gran cantidad de proteínas, fibras, calcio, fósforo y hierro.
El ajo es una planta que pertenece a la familia de las liliáceas, a la que también pertenecen alimentos como el cebollino o la cebolla. Ha sido utilizado por griegos y romanos a lo largo de la historia hasta su expansión por el Mediterráneo. Es por esto por lo que este producto se ha cultivado en multitud de lugares que han llevado a crear una gran variedad de ajos.
Debemos saber que podemos catalogar los tipos de ajo atendiendo a dos criterios.
Según su tallo
En primer lugar, según la dureza del cuello podemos distinguir entre ajos de cuello duro o ajos de cuello blando. El nombre de esta catalogación hace referencia al tallo de los ajos.
Los de cuello duro contienen clavos más grandes, que cuentan con una gruesa piel que hace que sea más difícil es poder pelarlos. Su sabor es muy potente y tienen una vida útil muy corta por lo que hay que consumirlos cuando estén frescos.
Por otro lado, los de cuello blando, a diferencia de los anteriores, cuenta con bulbos que tienen forma irregular. Estos contienen los clavos que están envueltos en una delgada cascara muy fácil de pelar.
Según su color
Otra distinción podemos hacerla según su color. Según este criterio podemos distinguir:
Ajo morado: Los ajos morados cuentan con un sabor muy suave, lo que lo convierte en un ingrediente apto para todo tipo de comidas.
Ajo violeta: Su sabor, a diferencia del ajo morado es muy fuerte. Resiste bien la humedad.
Ajo blanco: Este tipo de ajo es el más usado en la cocina española. Cuenta con un sabor suave pero agradable.